¿Acabas de llegar a Estados Unidos y te hablan de algo llamado “credit score” que nunca habías escuchado? No te preocupes, no estás solo. Para miles de inmigrantes latinoamericanos, este concepto es completamente nuevo.
La realidad es cruda pero simple: en Estados Unidos, tu vida financiera gira alrededor de ese número mágico llamado “credit score” (conocido en español como “puntaje de crédito”, “puntaje crediticio”, “puntuación crediticia” o incluso simplemente como “crédito”).
Sin él, alquilar un apartamento, comprar un auto o incluso obtener un plan de teléfono puede convertirse en una misión imposible.
La buena noticia es que puedes construir un buen historial crediticio desde cero, con un poco de paciencia y planificación.
Vamos a ver cómo lograrlo paso a paso.
El círculo vicioso del inmigrante: “No tengo crédito porque no tengo crédito”
Este es el primer obstáculo que encuentras: necesitas crédito para construir crédito. Parece una broma pesada, ¿verdad?
En tu país tal vez tenías un historial crediticio impecable, pero lamentablemente ese récord no cruza las fronteras. Las agencias estadounidenses de crédito (Equifax, Experian y TransUnion) solo registran tu actividad financiera dentro de los Estados Unidos.
Sin un historial, eres lo que aquí llaman “credit invisible” (invisible para el sistema financiero). No es que tengas mal crédito; simplemente no estás en el radar.
¿Qué hacer, entonces?
Paso 1: Consigue tu número de identificación
Antes de todo, necesitas un número que te identifique en el sistema financiero.
Si puedes obtener un Número de Seguro Social (SSN): Este es el camino ideal. La mayoría de los bancos y emisores de tarjetas lo solicitarán.
Para leer más sobre el Número de Seguro Social, te recomendamos el artículo “El número de Seguro Social en Estados Unidos: guía completa”.

Si no calificas para un SSN: Solicita un Número de Identificación Personal del Contribuyente (ITIN) a través del IRS. Aunque no todas, muchas instituciones financieras ya aceptan ITIN para abrir cuentas y ofrecer productos crediticios.
Para saber más sobre el ITIN, te sugerimos leer “El número ITIN: la alternativa al número de Seguro Social”.
Paso 2: Elige la estrategia adecuada para tu situación
La buena noticia es que tienes varias opciones para empezar a construir tu historial crediticio.
Cada una tiene sus ventajas y se adapta a diferentes situaciones. Puedes usar una sola estrategia o combinar varias para acelerar el proceso.
A continuación, te explicamos las principales alternativas.
Opción A: La tarjeta de crédito asegurada
Una tarjeta de crédito asegurada (“secured credit card”) en inglés funciona diferente a las tarjetas tradicionales: tú depositas dinero como garantía y ese monto se convierte en tu límite de crédito.
Por ejemplo: depositas $ 300 y recibes una tarjeta con límite de $ 300. Aunque parece que estás usando tu propio dinero (y, técnicamente, lo estás haciendo), cada pago que realizas se reporta a las agencias de crédito, construyendo así tu historial.
Muchas instituciones financieras ofrecen estas tarjetas. Después de 6-12 meses de uso responsable, muchas te “gradúan” automáticamente a una tarjeta regular y te devuelven tu depósito.
Opción B: El préstamo para construir crédito
Este es un concepto interesante: el banco te “presta” dinero que no puedes tocar hasta que termines de pagarlo. Suena extraño, pero es una excelente herramienta.
Funciona así: la institución deposita un pequeño préstamo (generalmente entre $ 300 y $1.000) en una cuenta bloqueada. Tú pagas mensualidades durante 6-24 meses. Cada pago se reporta a las agencias de crédito y, al finalizar, el dinero es tuyo.
El beneficio es doble: construyes crédito y ahorras dinero simultáneamente.
Opción C: Conviértete en usuario autorizado
Si tienes un familiar o amigo de confianza con buen historial crediticio, puedes pedirle que te agregue como usuario autorizado en su tarjeta de crédito.
No necesitas usar la tarjeta (ni siquiera tenerla físicamente) para beneficiarte. Su buen historial se reflejará en tu reporte de crédito, dándote un impulso inicial.
Pero ojo: esta estrategia tiene doble filo. Si el titular de la cuenta maneja mal su crédito, tu historial también sufrirá.
Opción D: Reporta tus pagos de renta y servicios
Algunos servicios permiten reportar tus pagos puntuales de alquiler y servicios públicos a las agencias de crédito.
Empresas como Experian Boost, RentTrack y PayYourRent pueden ayudarte a que estos pagos regulares cuenten para tu historial crediticio.
Paso 3: Practica hábitos financieros inteligentes
Una vez que tienes tu primera cuenta de crédito, lo que hagas con ella determinará tu futuro financiero:
Paga siempre a tiempo: El 35 % de tu puntaje crediticio se basa en tu historial de pagos. Un solo pago tardío puede dañar significativamente tu puntaje.
Mantén un bajo uso de crédito: Intenta no utilizar más del 30 % de tu límite. Por ejemplo, si tu límite es $ 500, mantén tu saldo por debajo de $ 150.

No apliques para demasiado crédito a la vez: Cada solicitud genera una consulta en tu historial que puede reducir temporalmente tu puntaje.
Mantén tus cuentas abiertas: La antigüedad de tu historial crediticio representa el 15 % de tu puntaje. Cuanto más tiempo tengas tus cuentas abiertas, mejor. Incluso aunque termines de pagar una tarjeta de crédito y ya no tengas intención de usarla, te puede ayudar mantener esa tarjeta activa (sin balance), en vez de cerrarla por completo.
Paso 4: Monitorea tu progreso
Revisa regularmente tu puntaje crediticio.
Muchas tarjetas de crédito ofrecen este servicio gratuitamente. También puedes obtener tu reporte de crédito anual gratuito en AnnualCreditReport.com.
¿Cuánto tiempo toma construir un buen crédito?
La paciencia es clave en este proceso. Generalmente necesitas:
- Al menos 6 meses de actividad crediticia para generar tu primer puntaje FICO
- Entre 12-24 meses de uso responsable para alcanzar un puntaje considerado “bueno” (700+)
Programas especiales para inmigrantes
Buenas noticias si vienes de Australia, Brasil, Canadá, India, México, Nigeria, Corea del Sur o Reino Unido: el programa Nova Credit puede traducir tu historial crediticio de estos países a un equivalente estadounidense mediante su servicio Credit Passport®. Algunos bancos ya utilizan este servicio para evaluar solicitudes de crédito de nuevos inmigrantes.
Consejo final
Construir crédito desde cero requiere paciencia y disciplina, pero los beneficios son enormes. Un buen puntaje crediticio puede ahorrarte miles de dólares en intereses a lo largo de tu vida en Estados Unidos y abrirte puertas que de otro modo permanecerían cerradas.
Recuerda: no existe una fórmula mágica o un atajo. El sistema premia la consistencia y la responsabilidad financiera, así que empieza con pequeños pasos y mantén el rumbo.
Si necesitas asesoramiento, programa una consulta con nosotros aquí.
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